2.9.14

Crítica de "El Niño" (La Película)

No voy a negar que llevaba dos años esperando el estreno de esta película por lo poco pero apetecible que trascendía en este tiempo cada pista sobre su argumento. Tampoco negaré que considero a Bárbara Lennie y a Luis Tosar los dos máximos exponentes de la interpretación en España. Estos argumentos, sumados a la seguridad que proporciona la banda sonora de Roque Baños y a la garantía de Daniel Monzón a la batuta después de haber cosechado un éxito como Celda 211, podría haberme llevado a la más estrepitosa decepción o todo lo contrario: afirmar que acabo de presenciar una de las mejores cintas españolas de todos los tiempos.

El argumento de "El Niño" es tan adictivo y tan apasionante que los 130 minutos que dura el film no parecen tales. Sorpresa importante la de Jesús Castro. Su interpretación revelación es bastante creíble y no queda empequeñecida por el buen hacer del experimentado Luis Tosar. Asimismo, considero un gran acierto que el lenguaje empleado sea el autóctono del lugar donde se desarrolla la película: el estrecho de Gibraltar. Sinónimo de andaluz cuidado y no exagerado, natural y muy creíble.

La fotografía de "El Niño" no está mal y tiene ciertos detalles que posibilitan perspectivas audaces.

Este trepidante thriller policíaco no está demasiado visto en nuestro país, es más común en el cine de Estados Unidos. Tan solo puedo afirmar que tienen ustedes que verla porque cambiará vuestra percepción del cine "made in Spain".



TRAILER


7.7.14

Una imagen

Las redes sociales son, aparte de otras muchas cosas, fuentes de información inagotables y, casi siempre, inmediatas. 

Por otro lado y, aunque a veces no comparta la frase popular "una imagen vale más que mil palabras", en este caso viene como anillo al dedo.

He observado la siguiente imagen en una de las redes sociales de las que formo parte:


Se trata un cayuco con decenas de personas que se dirige a costas europeas. No cabe un alfiler en ese "vehículo" repleto de ilusiones motivadas por la desesperanza que viven en sus países de origen.

Seguro que saben que aquí, en Europa, las cosas no están bien. Seguro que conocen que en España, Portugal y Grecia el desempleo supera el 20 % de la población activa. Seguro que les han contado de alguna forma que aquí hace mucho que hay gente que ha empezado a salir a buscar comida a los contenedores de basura, que los bancos de alimentos están desbordados y que a la gente las echan de sus casas porque no pueden pagarla.

A pesar de todo, se juegan la vida para pisar nuestra tierra en busca de alguna oportunidad. Prefieren ese riesgo a morir de hambre literalmente.

Esto va a sonar a utópico, pero jamás entenderé por qué siguen habiendo fronteras y las vidas a un lado y a otro de la valla sean tan distintas. Jamás entenderé por qué la esperanza de vida se multiplica según en qué lugar del mundo nazcas. Jamás entenderé por qué los derechos no son los mismos si naces en Alemania, si eres español o si has tenido la mala fortuna de que tu madre te haya parido en Mali.

24.6.14

LA VIDA IMAGINARIA

Ya estaba convencido que el cine español, en general, me gusta tanto porque muestra lo cercano, la realidad de nuestra gente. Te hace saber que no eres alguien completamente distinto a los demás, sino que existen muchas personas cuyas vidas son similares a la tuya o, incluso, sus vivencias son casi idénticas a las que uno mismo haya podido sentir en sus propias carnes. Es un convencimiento al que he llegado después de visionar bastante cine autóctono.

Algo parecido me está empezando a ocurrir con la narrativa española contemporánea. De hecho, la última experiencia que reafirma esta impresión es haber leído "La vida imaginaria" de Mara Torres (@maratorres_tve), finalista en la edición del premio planeta de 2012.

La novela es un drama realista con una trama sencilla pero cuyo guión se va haciendo complejo a medida que se avanza en la lectura, promovido por lo difícil que resulta luchar contra el desamor intentando aferrarse al pasado. Así a bote pronto suena bien, pero que no le pase a uno mismo. Si cometes el error de ponerte en la propia piel de Nata, la protagonista, sientes que lo que vive también te está pasando a tí. Notas que, como ella, tampoco eres capaz de tener claro qué harías y continúas leyendo y leyendo para que sea el argumento del libro quien te vaya guiando, no sin recaídas dolorosas.

El texto tiene una lectura cómoda, con lenguaje coloquial pero con palabras precisas y está narrada en primera persona. Recurre a situaciones de actualidad como la crisis, con ciertos guiños al sistema político actual. Es imposible no someterse a las debilidades del personaje, cuya forma de pensar acaba siendo la tuya propia.

26.3.14

Ayer me leí un libro

Ayer me leí un libro. Y digo bien. La frase no tiene ningún error sintáctico, puesto que ayer mismo empecé a leerlo y ayer mismo lo terminé. Sus 148 páginas me parecieron tan breves y, a la vez, tan intensas, que tuve la sensación de haber visto una película biográfica o, más aún, tuve la impresión mientras leía de que algún buen amigo me contaba un fragmento de su vida.

No pude despegarme de él hasta que llegué a la contraportada. No me había pasado esto antes. Quiero decir, jamás me había leído un libro de principio a fin de una sentada, por muy pocas páginas que tuviera.

Mientras leía "Volverán las naranjas" me pasaba lo mismo que le pasaba en ese momento a la narradora de la historia: quería disfrutar del transcurso de una historia de amor contada en 704 mensajes de texto de los entonces. De los del principio de los principios, cuando dejamos de redactar largas cartas para resumir nuestros sentimientos en minúculos "sms". De los que enviábamos en esa etapa de la historia que transcurrió entre las cartas y el Whatsapp.

Por determinadas circunstancias que se explican en la novela, cae en manos de Alex una conversación mantenida durante meses a través del servicio de mensajería que aún siguen teniendo los teléfonos móviles pero que ya nadie utiliza. Alex, consciente de la remota posibilidad que existe de que nadie la descubra y autoexcusada por los gajes de su oficio, no puede resisterse a leerla, ni tampoco a sorprenderse con cada mensaje, ni tampoco a no parar de leer hasta terminar la historia.

Descubrí la existencia de este libro a través de la radio. La propia autora del mismo, Xisela López, lo contaba así el pasado 6 de febrero: ENTREVISTA A XISELA LÓPEZ

Y desde entonces he tenido unas ganas terribles por leerlo hasta que he podido hacerlo. Tantas ganas como Álex de conocer el desenlace de la conversación. Sorpréndanse como me he sorprendido yo leyéndolo.

13.1.14

No entiendo nada

Anoche tuve ocasión de leer el artículo de mi compañero Ángel Romero (LLOVAMOS) y me hizo reflexionar. 

Resulta curioso que bastantes años más tarde de la persecución a la que se vieron sometidos numerosos pensadores, escritores y poetas, el libro más vendido sea el de Belén Esteban y uno de los programas con más exito en la televisión sea "Sálvame Deluxe". Ni siquiera sé cuántos lectores de este blog conocen a la persona que ha ganado este año el premio Nadal de novela y mucho menos cuántos se habrán leído la obra ganadora. Sin embargo, a Belén Esteban la conoce todo el mundo.

Es posible que estemos tan colapsados en nuestra rutina diaria que al llegar a casa sólo queramos desinhibirnos de la realidad viendo este tipo de programas en lugar de leer un buen libro o que nos preocupe más quién será el próximo tronista en "Mujeres Hombres y Viceversa" que el argumento de una obra de teatro. Perdonadme pero no entiendo nada.

Hoy en día quien se dedica a la política es tachado de corrupto y de sinvergüenza y quien se mete en la casa de Gran Hermano o se dedica a lucir palmito en todos y cada uno de los platós de televisión, es el puto amo. Sigo sin entender nada.

Ser escritor como profesión es algo que está al alcance de muy pocos. Sin embargo, si tienes un paso previo por algún reality show o por los platós televisivos, tienes cientos de miles de ventas aseguradas. Algo parecido ocurre con la música.

Pasamos de vivir a limitarnos a sobrevivir y de ser creativos a imitar aquéllo que hacen las masas.

¿Se revertirá esta situación algún día?

A Ángel le digo que yo ya me he convertido en gota de lluvia. Y a vosotros os animo a que os unáis y nos pongamos todos a llover.
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