31.8.12

Septiembre



En septiembre el verano se hace tardío y muere como los atardeceres que, por premura del otoño, cada vez son más tempranos. Es mes de cambio, mes de comienzos y mes de finales.

En septiembre por fin caen las primeras lluvias, esas que humedecen las secas y agrietadas tierras castigadas por julio y por agosto. Ésas que impregnan el ambiente de un peculiar olor.

Septiembre, breve y cambiante.

27.8.12

Ruth y José


Esta mañana, al despertar y como hago siempre, he utilizado el teléfono móvil para apagar la alarma y luego he entrado en twitter. Lo hago siempre, desde la cama. A veces me llevo gratas sorpresas; en otras ocasiones alegrías o preocupaciones. Lo de hoy no tiene descripción.

Un jarro de agua fría cayó sobre mí cuando descubrí la noticia de lo que parece ser el final de una pesadilla. Tras este mal sueño de 11 meses, parecía que despertaríamos con un desenlace feliz, todos teníamos esa esperanza. Sin embargo, no ha sido así.

Los restos calcinados que se hallaron en la finca de ‘Las Quemadillas’ durante la primera visita de la policía tras la desaparición de los niños han resultado ser restos humanos: los restos de los pequeños Ruth y José.

Paradójicamente, el nombre de la parcela donde la familia de José Bretón tenía la casa de campo no ha podido ser más descriptivo.

No voy a entrar a juzgar a este parricida porque ya todo el mundo tiene en su corazón calificativos que lo definen. Solo diré que hay que estar muy enfermo para hacer una cosa así. Más enfermo aún debe estar alguien que, por dinero, lleve once meses defendiendo la inocencia de un asesino y ahora, casi con toda seguridad, tenga en mente recurrir a una supuesta enfermedad mental para restar años de condena a su cliente.

Mención especial tiene también la familia paterna de los pequeños. Mi mente aún no es capaz de buscar significado a la forma de callar el caso de la manera que lo han hecho, incluso pensando que hubieran podido estar en la finca durante los fatídicos acontecimientos.

Descansen en Paz, Ruth y José. A Ruth Ortíz y a su familia, mi más sentido pésame.

21.8.12

La Política


“Los políticos son todos iguales”, “Yo soy apolítico” o “Yo paso de la política” son comentarios que suelen escucharse frecuentemente en cualquier conversación entre amigos, familiares, compañeros de trabajo o compañeros de clase.

En mi opinión, estas coletillas se emplean con mayor frecuencia en periodos de decadencia económica o social como el actual.

La política no es algo nuevo, ni es nada que se haya inventado en algún momento puntual de la historia de la humanidad para favorecer a unos y fastidiar a otros. La política ha acompañado al ser humano desde el Neolítico y lo seguirá haciendo siempre. Surgió precisamente como forma de organizar la sociedad jerárquicamente y forma parte de la esencia de nuestra especie.

Volviendo al hilo de lo expuesto anteriormente, es lógico que exista un colectivo de personas que se sienta engañado o que consideren que los políticos no les solucionan sus problemas y que, entonces, para qué están. Este razonamiento alcanza más fuerza aún cuando quien lo comparte se encuentra en situación de desempleo, no está de acuerdo con la situación de determinados impuestos, siente que no tiene la suficiente cobertura sanitaria o el alcalde de turno no pone fin a un determinado conflicto en su pueblo, por poner algunos ejemplos.

Ahora bien, precisamente por ello, la ciudadanía tiene que apostar por creer en la política, porque sólo la política es capaz de poner fin a esos asuntos y porque gracias a ella, cada persona tiene el poder de hacer cambias las cosas. ¿De qué forma? Con el voto. El voto es la herramienta que nos hace iguales a todos, al que es rico y al pobre, al que tiene trabajo y al que no, al jubilado y al estudiante, al empresario y al obrero. Cuando sea el momento de un proceso electoral, cada uno tiene la potestad de decidir quién quiere que sea la ideología que le represente y debe aprovecharlo.

16.8.12

Solidaridad Olímpica


Esta mañana he tenido la suerte de conocer una noticia que se antoja esperanzadora en un mundo que, bajo mi punto de vista, cada vez se está volviendo más egoísta y más egocéntrico.

Se trata del caso de la windsurfista polaca Zofia Noceti-Klepacka, que ha logrado un bronce olímpico recientemente en los Juegos de Londres 2012.

La deportista que compitió con la española Marina Alabau (entre otras) en la categoría de windsurf RS-X, ha manifestado que va a subastar el metal con el único objetivo de recaudar fondos para donarlos a la pequeña de 5 años Zuzia, que padece fibrosis quística.

Casos como éste dicen mucho de la calidad humana que tiene la deportista y da ejemplo a muchos otros, bastante más mediáticos, que viven en lujosas mansiones y conducen coches de alta gama que sustituyen a menudo cada vez que se les antoja.

Una medalla de bronce tal vez sepa a poco a los atletas más laureados y victoriosos de estos juegos olímpicos, acostumbrados a subirse a lo más alto del podio una y otra vez, pero para la familia de la joven Zuzia supone fuerzas y optimismo para seguir luchando con la enfermedad. Para mí, conlleva una medalla de oro olímpico que llevará siempre en el corazón, más allá del materialismo de un metal.

Mi primera entrada


Hoy me enfrento a una nueva inquietud en mi vida. Algo que permanecía latente y que, a pesar de haber querido nacer en varias ocasiones y haya tenido intentos frustrados, no sea hasta este instante cuando me atreva a dar el paso.

Ese ‘paso’ no es otra cosa que encontrar pequeños oasis de tiempo en mi vida que me permitan dejar huella de mi opinión sobre temas relevantes de la actualidad y que de alguna forma pueda dar rienda suelta a mi capacidad literaria.

Qué mejor forma de hacerlo que a través de Internet para que así todo aquél que lo desee pueda acercarse a mis inquietudes a través de la lectura y lo haga desde cualquier punto del mundo: en sus casas, en la calle, de vacaciones o en el trabajo.

Puede que algún día me dé por hablar sobre política, otro sobre cine (español, sobre todo) o quizás una mañana me levante y tenga ganas de expresar lo cabreado que estoy con el mundo o lo bonita que es la vida, según mi estado personal del momento.

Espero poder sentir que me leéis ;p
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